miércoles, 22 de agosto de 2012
texto descriptivo
“Un mundo se originaba en la casa paterna; más estrictamente, se reducía a mis padres. Este mundo me era muy familiar: se llamaba padre y madre, amor, severidad, ejemplo, colegio. Este mundo se caracterizaba por un tenue esplendor, claridad y limpieza; a él pertenecían las palabras suaves y amables, las manos lavadas, la ropa limpia y las buenas costumbres. Allí se cantaba el coral por las mañanas y se celebraba la navidad. En este mundo había líneas rectas y caminos que conducen al porvenir, estaban el deber, y la culpa, el remordimiento y la confesión, el perdón y los buenos propósitos, el amor y el respeto, la biblia y la sabiduría. Uno tenía que quedarse dentro de este mundo para que la vida fuera clara, limpia, bella y ordenada”.
sacado del libro "Demian" de Herman Hesse
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